Mi trabajo es la búsqueda constante de un lenguaje estético personal en la creación artística, la enseñanza del arte y la apreciación artística, así como la experiencia en el oficio artístico volcado en el trabajo comercial para mis clientes.
Creo que la pasión que se desborda en la creación puede ser desarrollada en varios territorios y por ello, el trabajo con las empresas que solicitan los servicios de mi taller, es un reto continuo y emocionante. No encuentro diferencia alguna en cualquiera de las tres actividades que definen mi personalidad profesional, porque las tres son una a través de la creatividad y la imaginación.
Estoy convencida que sin pasión, no puede emprenderse ni culminarse ningún tipo de encomienda profesional o personal y por ello entiendo la entrega como principio rector en todo tipo de trabajo profesional.
DATOS IMPORTANTES
ETER y El Taller El Relicario
El nombre mismo ETER/El Taller El Relicario, define mi opinión sobre el trabajo que desarrollamos y mi visión muy personal de los compromisos que adquirimos día con día.
Por un lado apreciamos cuidadosamente las ideas, proyectos y compromisos que tomamos y por el otro, entendemos nuestra labor como una empresa que se encuentra en ese estado a veces indefinible que va de lo etéreo a lo concreto.
Hay un proverbio Zen que dice “Un copo de nieve nunca cae en el lugar equivocado”, y tanto yo como mi equipo de trabajo, entendemos que los copos de nieve son ideas, y cuando se las deja fluir con libertad responsable, siempre son hermosas y se ubican en el espacio y tiempo correctos.
Acabada y Lejos de Mí…
Acabada y lejos de mí, la pieza se hace presente.
Ya no es mía.
Entre ella y yo se descubren nuestros silencios, en soledad, como si todo mi espíritu se volcara sobre ambas.
Y al mirarla la descubro ajena.
Me mira complaciente, ¿acaso me mira?, me ve atenta, como si ella también me descubriera a mí por primera vez… pero mi pieza ya no es mía… está sola, es ella misma.
A mí me ha abandonado y he quedado sola… yo soy otra.